22/11/20

My Uni Life: 5.4

¡Hola! Aprovechando el tiempo libre que tengo hoy para hacer algo más que ver películas o escuchar música, continuaré con las historias semanales, y ahora toca una semana con mucho trabajo, y el comienzo de la locura antes de volver al confinamiento. Pero bueno, comencemos.

Lunes. Fueron las votaciones para la sociedad que apoya la salud mental en la universidad. Se me ocurrió postularme unos días antes como Representante de Estudiantes Internacionales y resultó que gané a pesar de que sí había competencia y de que ni siquiera le avisé a nadie de mis conocidos que me había inscrito. Ahora tengo un trabajo más, por si no tenía suficiente que hacer. Este día también empezaron los problemas reales con el micrófono de mi computadora. Ya llevaba tiempo fallando y tampoco funcionaban mis audífonos con micrófono. Compré unos de Bluetooth en caso de que la entrada de audífonos fuera el problema, pero no se han querido conectar. Así que dependo completamente de la paciencia de mis compañeros que quieran esperar a que escriba mis respuestas para participar en clase. En la tarde me la pasé volviendo a armar el rompecabezas de la Noche Estrellada de Van Gogh que conseguimos el año pasado, nada más por no querer hacer algo relacionado con la universidad.

Martes. Luego de mis clases en la mañana, fui con mi amigo mexicano #1 a practicar con nuestras patinetas al parque Crookes Valley Park. No pasamos de ir por los senderos del parque ida y vuelta porque no sabemos hacer nada más, y aún así a él le cuesta trabajo irse derecho, pero está divertido. Ya que el clima estaba decente, aparecieron más personas de la sociedad de skateboarding de la universidad, por lo que todos tímidos y penosos, nos terminamos yendo para que no vieran la falta de talento que teníamos. Además empezó a llover, así que aprovechamos para huir. Pasé a dejar a mi amigo a su nuevo trabajo, que es un restaurante que queda a una cuadra de mi casa, aunque me dejó su patineta para no tener que llevársela a su trabajo o cargarla de regreso a su casa. Me pasé el resto de la tarde descansando y siguiendo con el rompecabezas, aunque estaba tan cansada que me terminé durmiendo a las 11 de la noche (eso ya es temprano para mí).

Miércoles. Lo más interesante del día fue que le pedí a mi amigo #1 que me acompañara a la bodega de sociedades para investigar qué había en el locker de la Sociedad Latinoamericana, que supuestamente teníamos que vaciar antes del primero de noviembre. No me llevé mucho porque ya tengo varias cajas de la sociedad en mi casa, pero salí con una caja de materiales para manualidades que con suerte serán útiles en un futuro.

El jueves fue un día muy aburrido, así que me voy a saltar al viernes, aunque tampoco hice mucho.

Viernes. Por fin terminé el rompecabezas con un poco de trampa considerando que había partes que estaban  casi completas porque cuando lo tuve que deshacer porque nos mudamos lo guardé por partes tratando de no separarlo demasiado, aunque sí se sacudió un poco con tanto movimiento. Para cenar, ordené una hamburguesa y malteada de mi restaurante favorito porque ya hacía falta. 

Sábado. Mi papá me estuvo ayudando por videollamada a intentar todo con tal de hacer funcionar los audífonos de bluetooth, con lo que después de varios intentos por fin logré que funcionara el micrófono. Ahora veremos si funcionan en clase. En la noche fui a ayudar a mi amigo #1 al restaurante donde trabaja porque supuestamente tenían muchas reservaciones y nadie más que él estaba disponible; así que fui por dos horas a ayudar a limpiar mesas y cargar platos. Estuvo divertido ver a mi amigo #1 en modo serio, y aunque al principio estaba bien nerviosa resultó que la mitad de personas que habían reservado no llegaron así no tuve que hacer mucho.

Domingo. Me di cuenta que había sido el cambio de horario en la noche hasta como mediodía que volteé a ver el reloj que tengo en mi cuarto y me di cuenta de que no coincidía con mi teléfono, si no yo ni enterada. La verdad no afectó en nada mi día, fuera de que me desperté todavía más tarde de lo normal. En la tarde volví a preparar las galletas de mantequilla que nada más no me salen, aunque esta vez estuvieron bastante buenas. Ya estoy cerca de descubrir el secreto, pero nada más no me termina de convencer el horno que tenemos. 

Y pues sí. Todavía durante esta semana estaba en un periodo de meterme a todas las actividades que pudiera para ocuparme lo más posible, no sé con qué objetivo. Ya les contaré como me va con todo, porque noviembre se puso muy interesante. En fin, esto es todo por hoy, y que les vaya bien esta semana. ¡Hasta luego!