29/11/2017

Living in the U.K.: días 53-58

Sé que me he tardado en escribir pero es que de verdad no encontraba la motivación suficiente aunque la verdad no he estado tan ocupada. Pero ahorita estoy en modo productivo, así que aprovecharé para actualizarlos mientras mis manos se congelan por el frío. 

Día 53 sin notas. El "susto" de Halloween pasó como si nada.

Día 54.
Había muchísima neblina en la mañana y si me asusté, peor tantito con el cementerio que paso diario camino a la escuela, pero supongo que son los efectos especiales cuando hay una mexicana cerca en Día de muertos. Como intento de celebración, compré chocolates para mis amigos pero a la mera hora me dio pena dárselos, así que ahora los compartiré como botana de vez en cuando.
Subí mi ensayo a Turn It In y resultó 3% de similitud. La meta era 1% pero me siento conforme con eso y creo que se puede considerar un éxito, considerando que un compañero sacó más de 20%.

Día 55.
Cené omelette y es de las cosas más extrañas que he cenado. De desayuno es normal, pero de cena es extraño. Es más la costumbre que nada, pero es raro.

Día 56.
Trabajar en un ensayo sobre los efectos negativos del consumo excesivo de azúcar está teniendo un gran efecto sobre mí, y pronto me va a dar un coma diabético. Compré un Monster para poder trabajar más en mi ensayo, y no había tomado en meses, aunque lo diluí en agua; poquito. Pero mi almuerzo este día consistió en una malteada de chocolate y un "strawberry kebab"; o sea, una crepa con chocolate, fresas, y crema batida. Estuvo delicioso y solamente la malteada me pareció un poco empalagosa al final. 
Lo que si siento rarísimo es que te atiendan como restaurante en locales de comida "rápida", que te dejen el plato en la mesa en lugar de que te llamen para que lo recojas. Demasiada amabilidad.

Día 57.
Remember, remember the fifth of November... El famosísimo Gunpowder Plot, uno de los más grandes días festivos en Inglaterra. Y lo que se celebra: que unos monitos (católicos) querían explotar el parlamento mientras el rey (James I o "Jaime Primero" jajaja) estaba ahí para demostrar su poder sobre la iglesia anglicana/protestante. Sí, existen problemas entre religiones desde antes de 1600, pero bueno; el chiste es que no lo lograron y ahora hacen fogatas para quemar la figura del monito al que le tocaba prender la llama.
Ah, pero lo más emocionante del día, suficiente para hacerme temblar: ¡nuevo estudiante en la casa! Hasta platiqué hoy en la cena, eso es algo raro. Toda la emoción viene de que el nuevo homie es ITALIANO *ojitos de corazón*. Dejando a un lado mi extraña obsesión con Italia y con los italianos; mañana me va a acompañar (o más bien, lo voy a llevar) a la escuela, y tengo demasiadas emociones encontradas. Principalmente emoción, pero también muchos nervios. A ver qué pasa, pero definitivamente eligieron a la peor persona para ser guía, todo porque el homie coreano va al otro campus y el homie árabe va a otra escuela.

Día 58.
Parece ser que él estaba más nervioso que yo, si es que eso es posible. El camino fue demasiado silencioso pero llegamos a tiempo y sin problemas. No se si se quedará en el mismo campus que yo o en el de mi homie coreano, pero siento que se va a ir al otro edificio porque se oye como que tiene buen nivel de inglés. 
En otras noticias, me tomé una pequeña siesta de 30 minutos en el tiempo libre entre clases, pero fue accidental. No dormí bien de la emoción y en todo el día no logré abrir los ojos completamente (LOL) así que me acomodé en la "sala de estudio" que estaba casi vacía durante ese periodo, cerré los ojitos, y los abrí media hora después, hehe.
Update, de la plática a la hora de la cena: dice que entiende más de lo que habla, así que sí va a estar en el mismo campus. Todos creímos que iba a estar en un nivel más alto, pero puede mejorar en poco tiempo. Y por cierto, ando muy platicadora en la cena, no se porqué.

Con la noticia del nuevo integrante de la casa de estudiantes de Bournemouth (suena a nombre de reality show, ojalá), los dejaré hasta la próxima entrada. Espero escribir otra vez esta semana; planeaba hacerlo ayer o antes pero la flojera anda fuerte. Pero con la temporada de exámenes y sin la necesidad de matarme estudiando, espero tener mucho tiempo libre. Hasta la próxima. Btw, necesito una nueva foto para los posts, algo más invernal para la temporada; pero con este clima ni para eso quiero salir. 

21/11/2017

Living in the U.K.: Días 48-52

Me he tardado un poco para escribir pero por fin volvemos con las aventuras del día a día. Mientras escribo sobre estos días me encuentro en un periodo de mucho cansancio pero ya tengo que ponerme a trabajar, así que vayamos.

Día 48.
Mi compañero de Chipre se ha ido. Salí a comprar mi lunch y me lo encontré acomodando su maleta en la entrada, me dijo que ya era su último día y me dio la mano para despedirse y todo ese tiempo no supe ni qué decir. Solo puse cara de "ay, no" (creo) pero no supe reaccionar. Esperaba que todavía estuviera en la casa en lo que iba a Subway por mi sandwich y regresaba, para poder decirle algo más; pero cuando llegué ya no estaba. 
Sí lo voy a extrañar. Era con quien más convivía porque era el único, aparte de mí, que se levantaba antes de las 10 los fines de semana y casi siempre coincidíamos en el desayuno. Y aparte normalmente me lo encontraba al terminar su hora de lunch, porque era cuando la mía empezaba. :(

Día 49.
La palabra "avergonzada" no expresa tanto mis sentimientos como "embarrassed", aunque sea exactamente lo mismo pero en español. La tercera vez que voy a la universidad para el entrenamiento de volley. Todo iba bien, el camión se pasó la parada y por no querer atravesar un edificio, lo rodeé por fuera; pero llegué a tiempo. Pasé al gimnasio pero vi que estaba vacío, y que había otras personas ahí. Esperé 15 minutos (porque había llegado antes) y cuando de plano vi que nadie llegaba, salí a preguntarle al tipo de la entrada que da los "pases" que si había habido algún cambio. Riéndose con su compañero, me dijo que se le había olvidado decirme que no había actividades por el Día Abierto (o sea día de muestra) de la universidad; pero que de todos modos no había pagado la entrada por el convenio con mi escuela, así que no importaba. Con la sonrisa más falsamente tranquila que pude poner, le dije "ah si, no hay problema, gracias, adiós". 
Lamentablemente, he decidido dejar la actividad. Sólo pude jugar una vez, las otras dos semanas que hubo entrenamiento tuve la carrera en la playa y la otra sí falté por flojera, pero aún así. Prefiero buscar otra cosa en otro lugar en el que no sienta que se ríen de mí. Así que, adiós volleyball. Ahora sí no se hasta cuando volveré a tocar un balón.

Día 50.
¡CINCUENTA DÍAS EN INGLATERRA! Y pues, meh. No pasó nada realmente interesante y sólo salí de mi casa a comer lunch.
Excepto que este día terminé de leer All The Bright Places, un libro que compré antes esa misma semana y que me recomendaron mucho. Había planeado hacer una mini-reseña en este espacio, pero creo que mejor haré una entrada por separado para cambiar un poco el tema del blog. Aunque sea un día.

Día 51.
El día en el que descubrí que Edinburgh se pronuncia "Edinbra" con acento escocés. De verdad me causa conflicto que haya tantos acentos tan diferentes en un solo territorio. De por sí soy mala entendiendo y comunicándome en general, no pueden esperar que sepa lo que dicen a la primera. Shoutout al tipo que trabaja en Subway los fines de semana, a quien nunca le entiendo lo que pregunta y siempre me repite las cosas mínimo 3 veces. Perdón.

Día 52.
31 de octubre: ¡Halloween! Había estado esperando tanto este día porque quería saber qué hacían en la escuela y en el país en general para celebrar, pero resultó que lo de disfrazarse y pedir dulces es una tradición americana, así que no celebran realmente. Me decepcionaron en grande.
Aun así me medio disfracé. Una maestra reconoció que estaba "vestida con temática de Halloween" y mi nueva maestra favorita sí reconoció mi "disfraz". No sólo es mi favorita por eso, pero también porque le gusta Doctor Who. Por cierto, no he dicho de que era mi disfraz, aunque si me siguen en Twitter o en Instagram, ya lo habrán visto. Estudiante de Hufflepuff. #HufflepuffPride. 
Nunca he sido tan fan de Harry Potter, al menos hasta que vi la película de Animales Fantásticos y me enamoré de Newt Scamander y de todos los inocentes e indefensos animalitos/bestias. Pero recuerdo perfectamente que desde antes de saber qué significaba pertenecer a Hufflepuff, yo decía que esa era mi casa sólo porque tenía nombre chistoso y fluffy, si es que me entienden. Ahora que ya se lo que es, orgullosamente digo que pertenezco a esa casa, y varios tests lo confirman. Lo que es no tener que hacer...
En otras noticias, una maestra nos enseñó cómo usar Turn It In, y algo murió dentro de mí. ¿Cómo puede haber tanta maldad en el mundo? En resumen, es una página donde subes ensayos o tareas y el sistema comprueba que partes "copiaste y pegaste" y de dónde; y al final sale el porcentaje del trabajo que está "copiado". O sea, tienes que parafrasear absolutamente todo o citar bien todas las fuentes que uses para que no te marque algo copiado. Ya veré cómo me va con mi tarea. Mientras, lloremos.

No sé qué escribir para terminar este post. Sólo que quedo a deber la reseña de All The Bright Places y... Prometo escribir más seguido. Aunque estoy a una semana de empezar exámenes/proyectos de final de "semestre" y a tres semanas de salir de vacaciones, así que no se si tendré tiempo. Pero espero que sí, porque me he atrasado bastante estos últimos días. ¡Hasta pronto!

15/11/2017

Living in the U.K.: Día 47. Londres.

Aquí les va lo que pasó en mi segundo día de visita exprés a Londres. Comencemos.

Desperté primero como a las 5 de la mañana, y después a las 7... y luego ya no pude volver a dormir, creo. Se seguían escuchando los trenes y no sé cómo mis compañeros de cuarto hasta estaban roncando. Y todavía me dolían las patitas después de los casi 20 kilómetros que caminé el día anterior. Pero bueno, el desayuno lo sirvieron en el bar, e igual que todos los días en mi casa, desayuné pan tostado con mermelada y algo chocolatoso, en este caso fue Nutella. Pero para que no fuera todo igual, tomé jugo de naranja, y cómo me hacía falta algo que no fuera leche o agua.
Como a las 9, después de esperar a que mi celular llegara a 100% de batería, agarré mi súper mochila (por cierto, creo que no dije que me llevé mi mochila de la escuela), y bajé a la recepción para hacer el check-out, pero me dijeron que no necesitaba hacer nada, así que solo salí. Qué cosas.
Saliendo del hotel, mi primer parada planeada sería Nelson Square, un lugar que también mencionan en el libro Corazón Negro. Pero ya alrededor de la calle, como realmente no quería desviarme mucho, me seguí derecho por donde iba y luego por un par de calles hasta el Tate Modern y el Shakespeare's Globe Theatre. Por más ganas que tenía de ir al museo, la verdad es que no me interesó tanto ya que estuve en la entrada, así que decidí saltármelo, pero tal vez la próxima vez que vaya lo visite; queda pendiente. En lugar de eso, me fui al lugar que no podía olvidar: El teatro de Shakespeare. Obviamente no iba a ver ninguna obra, solo quería ver el teatro; y llegué justo a tiempo para el recorrido de las 10. Está un poco caro el boleto, pero muchísimo la pena, y además tienen descuento de estudiante. En el teatro primero tienen una exposición sobre la historia del teatro, su construcción, los actores y personajes de la época, y la parte que más me gustó: los disfraces. Me gusta mucho el estilo de la ropa que se usaba en aquellas épocas (1500), especialmente los vestidos. Después de todo eso, finalmente llegó la hora de visitar el teatro. El recorrido es más una explicación sobre el teatro en sí y sobre la sociedad, porque ir al teatro era más sobre presumir tu posición social que de ver la obra. Casi no se menciona a Shakespeare, pero aun así se aprende mucho sobre la historia de Inglaterra en general. También tienen muchos artículos curiosos y divertidos en la tienda de recuerdos, aunque hay que admitir que están un poco caros, como todo en el país.
Después de mi visita al teatro, me dirigí hacia el Tower Bridge. Planeaba tomarle una foto al puente de Londres pero creo que se me pasó. Pero sí tomé foto del Millenium Bridge, el que es famoso por salir en Harry Potter, aunque tampoco lo crucé. En el camino, me encontré con el barco de Francis Drake, famoso corsario (no pirata, pero es casi lo mismo) de la Reina Isabel I. Luego pasé por la entrada de la atracción: London Bridge Experience, que es un tour de terror por lo que creo que era la prisión o algo así. Y también por una de esas calles se encuentra una cárcel muy antigua; muchas atracciones de terror. Pero como llevaba presupuesto corto y no tenía a alguien para abrazar si me daba miedo, decidí saltarme esos lugares. 
Finalmente en el Tower Bridge, lo único que hice fue tomar muchas fotos y cruzar el puente. En la mayoría de calles que tomé para llegar hasta ahí desde el Globe Theater y del hostal hasta ahí, casi no vi turistas, pero más cerca del río y de ese puente en específico, ya se empiezan a ver más extranjeros. Tampoco quise entrar al recorrido del puente porque no se me hizo tan interesante, así que seguí caminando. Pasé por fuera de la Torre de Londres (London Tower) que ya había quitado de mis planes porque el boleto cuesta como 20 libras. Sé que vale la pena, e incluso alcancé a escuchar una representación de algo, pero como orgullosa estudihambre, me quedé con las ganas y la curiosidad; y seguí caminando. Después me volví a alejar de la zona turística, y también en este punto empezó a llover. Cuando pasé al teatro apenas estaban cayendo unas cuantas gotas, y se quitó, pero luego fue más consistente aunque aun era leve. El problema fue que mi paraguas estaba demasiado grande para Londres. En el pueblo hay menos gente y menos probabilidad de chocar con alguien; pero en Londres hay gente por todos lados y solo caben paraguas que cubran a una persona, y ya. Peleando con el paraguas y con la lluvia, logré llegar a un Tesco para comprar algo de lunch, porque ya me estaba empezando a dar hambre. Tuve la brillante idea de comprar un juguito y un burrito que ya había probado antes y que me había gustado. Pero digo brillante, porque mi siguiente parada fue el Monunmento al Gran Incendio de Londres (Monument to the Great Fire of London), construido a unos metros del punto exacto donde inició el incendio en 1666.
Es una pequeña torre en medio de muchos edificios Godínez, pero aun así llegan muchos turistas a ella. Me aventé casi una hora de fila, y fue menos porque hubo varios desertores que se salieron de la fila antes de llegar. Además había 3 niños latosos adelante de mí, y estuve a punto de desertar también. Pero por ser estudiante pagué 3 libras en lugar de 5. Todo para subir 311 escalones, casi como entrada de un día a un gimnasio.
La vista muy bonita, muchas fotos y el despertar de los músculos de mis piernas: razones por las que valió la pena la subida. Pero bueno, después de eso ya me estaba muriendo de hambre, pero no sabía vi ningún parque o algo donde pudiera sentarme, y aparte ya estaba lloviendo, así que seguí caminando hasta la siguiente parada planeada: St. Paul's Cathedral, la famosísima catedral de Londres. Me senté en un parquesito antes de llegar a la catedral. El lado bueno es que ya había dejado de llover y no tenía que preocuparme por detener el paraguas y comer al mismo tiempo. La parte mala es que todas las bancas estaban mojadas, y además había palomas amenazadoras cerca. Comí rápido para no estancarme ahí; porque por el cansancio que estaba acumulando, pronto ya no iba a poder levantarme. Fui hacia la entrada de la catedral, subí las escaleras... Vi el precio y me fui. ¡16 libras! Si fuera un museo todavía lo hubiera considerado, pero una catedral no me convence para pagar tanto. Tal vez algún día.
Ya sin ningún plan para las siguientes tres horas, decidí dirigirme a Covent Garden. Recordaba haber ido en 2014 cuando vine a Inglaterra, pero nada más no me ubiqué. En ese mercado fue donde compré un gorrito de Pikachu con pedazos largos de tela a los lados para meter las manos. Mi gorrito se volvió famoso en la escuela de verano y yo me convertí en "Pikachu" gracias también a la chamarra que llevaba con orejas, colita y toda la cosa. Pero esta vez no supe llegar a la parte del "tianguis", solo llegué a la parte de tiendas nice. Lo bueno es que encontré a la "banda" que toca música clásica en el mercadito. No se si eran las mismas personas de hace 3 años, pero recuerdo que también nos quedamos viendo un rato y que un amigo les dejó monedas en su canasta y celebraron, y a todos nos dio risa. Esta vez me quedé como 10 minutos escuchando y yo bien coda les di las monedas de centavos que tenía.
Continué con mi camino y para ser sincera, no recuerdo qué hice después. Recuerdo que caminé por King Street y creo que pasé por Trafalgar Square, pero no estoy segura. Lo que si sé es que como a las 4 me encontraba en el puente de Westminster, donde está el Big Ben, y camino al London Eye. Mientras pasaba por ahí, tomé la foto que usé para este y para el post anterior. Y luego por puro capricho se me ocurrió ir al baño de los "Jubilee Gardens", el parque que está en frente del London Eye. Por si quieren saber, están muy modernos esos baños y cuestan 50 centavos, así que si necesitan ir y pasan cerca, no duden en usarlos. Se dice que no hay muchos baños públicos limpios en Londres, así que hay que aprovechar. Pero gracias a esta parada, me atrasé demasiado y se me hizo tarde para ir a la estación de autobuses. Así que, de nuevo, a correr. 40 minutos de caminata se redujeron a 25 de carrera, con lluvia incluida. Admito que fue totalmente mi culpa nada más por querer pasar a un baño bonito, pero lo importante es que llegué con mucho tiempo de anticipación, 15 minutos antes de que saliera el camión. Hasta tuve la oportunidad de sentarme en la ventana; cosa que no había podido hacer antes por llegar tan tarde.
En fin... De regreso a mi casita, empapada, y con una parada en el pueblo antes de mi pueblo. Llegué como a las 8 a Bournemouth y tomé el camión de la estación a mi casa, y creo que nunca había estado tan tarde en la calle. Sorprendente la vida nocturna del pueblo.

Pero bueno. Espero que les hayan gustado mis aventuras y carreras en Londres. Dejé la imagen de mi ruta del primer día en Londres por algún lugar de la columna a la derecha para que vean todas las vueltas que di y por si les interesa algún día visitar algunos de los lugares a los que fui. Aunque posiblemente quieran ir con menos prisa. También quería anunciar que el post anterior llegó a 100 vistas. ¡CIEN VISTAS! Creo que es la primera vez, anteriormente el récord era de 90 y tantitas, pero ahora 100. Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer todo lo que escribo, y próximamente continuaré con la vida en el pueblo. ¡Nos vemos!

07/11/2017

Living in the U.K.: Día 46. Londres.

BTW, ignoren mi cara. Por favor.
Como lo prometí dejaré esta entrada exclusivamente para uno de mis dos días en Londres, porque vaya que los aproveché, y ya escribiendo el primer día ahí, me di cuenta de que iba a necesitar como tres posts por día.

Aunque me desperté temprano y tuve suficiente tiempo en la mañana, tuve que correr a la estación de autobuses porque insistí en acabar un libro (¡me faltaban dos capítulos!) y además, como mi teléfono tenía más del 50% de batería, no lo puse a cargar en la noche, así que me quedé esperando a que llegara al 100%. Llegué justo 5 minutos antes al autobús, después de mi carrera por ahorrarme 1.6 del camión (hehe). Yo sin aliento y sudando y de repente me encuentro a una compañera de clase en el autobús tan bien arreglada y maquillada que ni la reconocí hasta que me habló. Qué cosas. 
Pero bueno, fast-forward a Londres al medio día, salí corriendo de la estación a Hyde Park, pasando por la zona de embajadas de países europeos y gente viéndome raro por no ser Godínez nice. Estaba temblando del susto de ir hacia donde no conocía, pero aún así, allá fui. Tenía muchas ganas (y todavía tengo) de darle la vuelta al parque y conocerlo completo, pero como quería hacer otras cosas y además llegar a las 8 al hostal, decidí irme por la orilla este. O sea, no vi lo mejor. Me senté como 2 minutos para tomar agua y tomar fotos y luego seguí mi caminata hacia una de mis misiones principales: Forever 21. Resulta ser que sólo hay dos tiendas en Inglaterra, una en Londres y la otra en Liverpool; y casualmente la vez anterior que estuve por aquí, me encontré la tienda de Liverpool, pero creí que había más en todo el pais. Pero quería ir porque vi por internet que, a diferencia de  H&M, ahí si vendían chamarras de mezclilla con mangas y gorrito de tela normal (sí, quiero una y si alguien sabe donde puedo comprarla, avíseme) pero después de varias vueltas a la tienda, no encontré nada parecido a lo que buscaba. Y con H&M al lado, me fui a la competencia y ahí sí encontré otra cosa que quería: una falda negra. Algo tan "básico" pero tan difícil de encontrar. Y justo cuando lo tengo enfrente, no pasa la tarjeta. No sé cuál fue el problema pero después de dos intentos tuve que irme toda incómoda a resolver el problema. Fui a Subway a comer lunch y a ver qué podía hacer, mandando un montón de mensajes a mi mamá (y gastándome la batería del celular sin darme cuenta). No funcionó en Subway y me gasté el poco efectivo que tenía, y luego tampoco sirvió en un cajero. Di varias vueltas, pasé enfrente de la Embajada de México a saludar (aha) y luego regresé unas cuadras para buscar más cajeros. Finalmente pude sacar, inteligentemente solo 20 libras, pero ya con eso no tuve más problemas. Vi otro H&M cerca de esa calle y compré una falda parecida a la primera que había visto pero más cercana a lo que quería y además más barata.
Luego fui a Carnaby Street, que no tenía idea que era taaan perfecta, aunque me quedaba claro que Soho en Londres es el mejor lugar del mundo, EVER. Compré un té en Starbucks (que nunca antes había probado y que no reconocí cuando anunciaron que ya estaba listo) y luego fui a la segunda misión del día: DROP DEAD. ¡La tienda de ropa de Oliver Sykes! Hace años estaba en otra dirección, pero cuando vi que estaba "cerca" de Forever 21, creé mi ruta y para allá fui. Y casi salto de la emoción cuando llegué. Lo mejor: estaba sonando Doomed de BMTH, posiblemente mi canción favorita del último disco. Morí de emoción. Tanto que ni me acordé que quería comprar la bufanda o los guantes para la temporada de frío, y lo único que vi de precio decente fue una gargantilla de 10 libras, que ahora tiene un lugar de honor en mi clóset. 
Después de mis compras, caminé hacia Soho Square, un mini parque, sólo porque era una locación de un libro que me gusta mucho, situado en Londres. Recomendación: lean Corazón Negro de Elisa Puricelli Guerra, ¡está buenísimo! Volviendo al tema, crucé por el parquesito, tomé foto, y a seguir caminando. Luego de eso, ya no tenía bien establecido a donde ir, así que caminé hacia Trafalgar Square, pero en el camino pasé por el barrio chino y la tienda de M&M's en donde morí aplastada por la multitud y eso que solo me quedé en la entrada para tomar foto y huir. También había gente haciendo shows en la calle y había MUCHO público. Seguí caminando y sin querer llegué a la National Gallery. También era de los lugares que quería visitar pero no tenía idea de que ahí tenían de los más famosos cuadros de muchísimos grandes pintores; como los girasoles de Van Gogh, Water-Lily Pond de Monet, Sansón y Delilah de Rubens, y muchos más. También morí de la emoción y casi lloro con los girasoles porque pensé que ese cuadro sale en el capitulo de Van Gogh de Doctor Who y pensé que estaba en el Museé D'Orsay en París.
Siguiendo con la visita, pensé en caminar hacia St. James Square, porque también sale en el libro, pero ya cuando estaba cerca me arrepentí y me seguí caminando hacia el St. James Park. En el camino me encontré al palacio de St. James, que no tenía idea de que existía, y le tomé unas fotitos también. Y aunque no planeaba ir al Palacio de Buckingham porque según yo me quedaba muy lejos de mi ruta (o hubiera quedado mejor si hubiera pasado llegando antes de ir a Hyde Park), ahí fue justo donde terminé alrededor de las 5 cuando ya se estaba empezando a poner oscuro. Más fotos... y me tocó ver el cambio de guardia de la tarde. No es tan espectacular como cuando hacen todo el evento en las mañanas, creo, pero aun así los soldados llaman la atención.
Regresé por el otro lado del St. James Park, me senté otro ratito evitando todas a todas las aves extrañas y amenazadoras del parque (que ya tienen reja y todo), y luego pasé por en medio del edificio donde están las "salas de guerra de Churchill". También quería verlas, aunque creo que la entrada está medio cara; pero no encontré la entrada, hehe. Alrededor de esos momentos, después de revisar cuál sería mi siguiente destino, apagué mi celular que ya iba en 10% de batería para que sobreviviera hasta que llegara al hostal, al menos ese era el plan. El siguiente punto, un poco regresando a donde ya había estado, fue una heladería llamada Milk Train. Es bastante famosa en redes sociales y la encontré gracias al facebook de Cosmopolitan UK, todo porque sirven helado sobre algodón de azúcar, como en una nube. Me costó como 6 libras (sí, demasiado) porque además lleva toppings y creo que el algodón cuesta 1, y lo pedí de vainilla (como vil helado de McDonald's) en cono con topping de Oreo. El punto del helado es más la foto que nada, y justo cuando quise prender mi teléfono para subir la foto directo a Instagram: no más batería. Ni siquiera entré en pánico porque más o menos tenía un plan para llegar al hostal, aunque no recordaba exactamente la dirección. Terminé tomando la foto con mi GoPro, aunque salió toda temblorosa y oscura porque no es fácil tomarse una selfie sosteniendo un helado-nube. 
Me seguí caminando por la calle "grande" que creo que era Strand, hasta encontrar una calle que fuera hacía el río; el Támesis, pues. Finalmente llegué, toda embarrada con el helado derritiéndose porque me tardo años en comer, y luego de muchas miradas curiosas hacia mi helado-nube. Gracias a los muchos mapas y señales en la ciudad, encontré el puente que necesitaba: Waterloo; y lo crucé ya en busca de mi hotel, aunque apenas eran como las 6. Todo este recorrido poco antes y después del helado fue sin Google Maps, y la mayoría fue todo un éxito. Después de cruzar el puente, foto del panorama, y limpiarme las manos con una toallita húmeda, seguí caminando algunas cuadras y por un "túnel" peatonal (porque no son puentes), todo por Waterloo Road, ahí no había fallo. Recordaba que el hostal quedaba cerca de una estación del metro o algo, pero no me acordaba de que NO estaba en la calle principal. Finalmente llegué a la esquina de una calle con unos arbolitos y mucha gente cruzando la calle, y me quedé ahí parada sin saber si caminar más por esa calle o empezar a buscar por otro lado. También quería pedir ayuda, pero de preferencia a una familia, no a gente sola, por pura precaución. Pasaron unos policías pero solo dije "um..." y se fueron. Después de unos minutos (ni cómo saber cuántos), me acerqué a una señora con dos pequeños monstruos-hijos que estaba esperando para cruzar la calle y le pregunté si me podía ayudar a encontrar un lugar. Con su internet algo (muy) lento, finalmente me di cuenta de que sí iba por la dirección correcta, solo tenía que cruzar la calle al oeste, y caminar todo derecho hasta topar con hostal. Vaya habilidades de orientación que heredé.
Varias cuadras después, por fin encontré el Walrus Bar (& Hostel, la parte importante). Estaba en la esquina de la calle, y como sólo vi la entrada al bar, le di la vuelta para ver si había una entrada al hostal y pues no había. Entré al bar con muchas miradas siguiéndome porque parezco de 16 años, a lo mucho, pero ya adentro pregunté por el hostal y la "recepción" era la barra del bar. Y mi cuarto, en el tercer y penúltimo piso, contando la planta baja. Después de todo lo que caminé en el día, las escaleras me terminaron de matar. Para colmo, otra vez me tocó la cama de arriba de la litera, aunque no rechinaba tanto como la del otro hostal. En lo que mi celular revivía, me puse a acomodar mi mochila después de todas las compras que había hecho en el día. Había sido una mala idea comprar el primer día porque tendría que cargar más después, y de por sí cuando llegué ya me dolía la espalda.
Ya que mi celular se cargó lo suficiente, y que investigué dónde podía ir a cenar, regresé a la calle a buscar comida. La vez anterior había visto que había una cadena de restaurantes de comida mexicana llamada "Wahaca"; sí, Oaxaca mal escrito. Tenía curiosidad y también ganas de comer algo mexicano (porque no había comido nada de eso desde que había dejado México), así que allá fui. Pero pensé que era de comida rápida, aunque no sé qué fue lo que me hizo pensar eso. Resultó que estaba en la misma esquina donde me había perdido poco antes, por cierto. Ya que llegué me di cuenta de que era un restaurante medio fancy, y tuve que esperar casi media hora por un lugar para uno (más miradas extrañas porque, ¿quien sale a cenar solo?). Tampoco me dieron mucho tiempo para pensar qué comer, así que pedí unas quesadillas de chorizo con papa, algo que no había pensado que extrañaba, y agua de jamaica, porque aunque se me antojaba algo más adulto, creo que me vieron cara de menor de edad (otra vez) y me enseñaron el menú de bebidas no alcohólicas. Pero estuvo bien, el agua de jamaica sabía a agua de jamaica de verdad, y me gustó mucho. En cambio, el chorizo sabía a falsedad y engaño, o sea, no sabía igual, pero funcionó para tener comida en el estómago. Emprendí la retirada de regreso al bar/hostal y esa vez me pasé como por mi casa. Muchos escalones después, me puse a planear mi ruta para el siguiente día, y me terminé tratando de dormir, no durmiendo, como a las 12. Había visto en el mapa que el hostal quedaba a lado de una estación de algo, pero resultó ser de TRENES; y cada 5 minutos se oía el ruido de frenos y de las vías. Efectivamente, no pude dormir y me estuve despertando a cada rato. Y vaya que me hacía falta descansar, cosa que no pude hacer.

En fin, creo que esto resume bien todo lo que hice en mi primer día de vacaciones en Londres (resumen, pf). Si alguien duda de mis habilidades de Time management (manejo del tiempo), véanme visitando una ciudad en donde ya me siento cómoda. Próximamente, mi segundo día en Londres y el regreso al pueblo. De verdad, no necesité más días.

02/11/2017

Living in the U.K.: Días 42-45

Es el día 55 y, aunque planeaba escribir antes, esta semana ha estado bastante ocupada pero también exitosa. Creo que me merezco aplausos y un helado, por si alguien me quiere invitar. O tal vez una malteada... Tengo antojo de una desde hace tiempo, pero volvamos a lo que importa.

Día 42. 
Cuando salí de mi casa en la mañana, el aire casi me vuela de no ser por la mochilota que llevaba, y luego empezó a tormentar, se quitó, y después otra vez; hasta que por fin llegué a la escuela. Resultó que el gobierno había puesto alerta de clima para el fin de semana, así que se canceló el campamento. Me dio mucha lástima (de verdad, aha), pero qué se le puede hacer. Sentí que caminar a la escuela y de regreso ya fue suficiente para mí, pero si me quedaron sentimientos encontrados. La verdad no estaba segura de ir, porque sabía que no iba a aguantar caminar tanto con la mochila tan pesada; pero por otro lado, ya estaba mentalizada para ir, y si me dolió que se cancelara. Además de la payasada que fue hacernos ir hasta la escuela (casi 30 minutos de caminata) para decir que siempre ya no; gracias. 
Fuera del tema, quería hablar sobre mis amigos coreanos. Está bien que se sientan más cómodos hablando coreano pero ya están pasando la línea de groseros porque cuando alguien más, sea quien sea, habla con ellos, no le contestan y solo hablan coreano entre ellos. O sea, alguien más está tratando de tener una conversación y ellos lo ignoran bien fácil. Y no está cool. 

Día 43. 
Oficialmente mi primer “lazy day” completo. Con la comida que compré para el campamento, no tuve necesidad de salir a comprar algo de lunch y me pude quedar en pijama todo el día, por primera vez desde que estoy aquí. 
Pero lo mejor del día definitivamente fue la cara de mi homie de Chipre cuando aparecí en la cocina para desayunar. Me dijo “¿que no ibas a acampar?” Y pues no. Después de eso, mientras ponía mi pan en el tostador, tiró su café que recién había preparado y yo casi lloro por él. Se mojó toda su silla y su lugar en la mesa, y ya no se preparó otro. Definitivamente una mala señal para empezar el día. 
Finalmente, llegó un nuevo estudiante desde Arabia Saudita, que ya había estado en la casa antes. Está en una escuela diferente a todos los demás, y todavía no entiendo bien cómo fue que “rentó” la casa pero bueno; bienvenido sea.  

Día 44. 
Fui de compras al centro comercial porque I’m so fancy, pero lo más interesante fue tomar el camión. Por más pena que me de hablar con extraños, ya se me hizo el hábito de decirle gracias a los choferes del camión. Por cierto, eso es algo normal aquí: agradecer cuando te bajas. Además ya le agarré la onda a hacerles la parada, el tipo de boleto, y la ruta. Lo que todavía me da pena es que los coches me dejen pasar. Estoy mas acostumbrada a esperar a que pasen y aventarme a la calle; no a que se esperen y luego tener que dar las gracias con la mano, qué pena. 
Entre otras cosas, está extraño vivir con puros hombres. En la cena tuvimos proporción de 5 a 1, y no se siente bien. Necesito poder femenino, ese que ni yo tengo. Pero es comprensible, después de toda mi vida conviviendo con mi mamá, y viendo a mi papá solo en las noches, fines de semana, y vacaciones. Y también está difícil quitarse la costumbre después de 18 años. 

Día 45. 
Decidí aventurarme a la tienda de una libra, o sea Pound Land. Todavía se me hace raro porque había escuchado “Dollar store” en Estados Unidos y Canadá, pero hay que recordar la diferencia de divisas; así que Pound Land. La buena noticia es que POR FIN encontré la versión de Nutella pero de la marca Cadbury y es HERMOSA. Ya la había probado antes y sabía que era difícil de encontrar, así que tenerla en mi poder ahora es todo un acontecimiento. 
Y la otra cosa que hizo de este día algo muy bueno: hablé con un chico francés. Supongo que era francés porque tenía el acento muy, MUY marcado, aunque me quedé con ganas de preguntarle. Estábamos en Subway y en lo que me atendían, me preguntó que si “6 pulgadas” era el sándwich chico o grande y le dije que era el chico (como si yo supiera tanto). Me pasé todo el tiempo mientras ordenaba pensando en sacar conversación pero justo cuando le iba a preguntar si era de otro lado, se fue al baño. Pagué y mientras me servía mi refresco, salió y se fue; y perdí mi oportunidad. Va a estar complicado volverlo a encontrar, pero al menos me alegró el día. 

Este fue un post algo corto a comparación de lo normal, pero quiero dedicar el siguiente a mi escapada de dos días a Londres, así que prometo que valdrá la pena. Aunque no se bien cuando lo vaya a escribir, porque digamos que estoy un poco, algo, muy, bastante ocupada. Pero sí fue muy divertido. Ya verán. Además, como es noviembre, tocó actualizar los detalles del blog, por si no lo han notado: nótenlo.