¡Hola! Después de todo lo que escribí la semana pasada, me di cuenta de que necesitaba un post completo para hablar de toda la experiencia que fue mudarme durante la cuarentena. Hay mucho que explicar, así que empecemos desde el principio.
La mayoría de contratos de casas para estudiantes empiezan el primero de julio y terminan el 30 de junio, y como mi homie #3 no quiso vivir con nosotros un año más, tuvimos que buscar otro lugar en vez de extender nuestro contrato. En febrero encontramos una casa bonita para 3 personas, pero desde ese punto para mí fue un problema que no sabía donde pasaría la noche del 30 de junio. Con la pandemia y la cuarentena, la situación se complicó porque mis dos homies decidieron quedarse en la casa y yo no pude regresar a México, por lo que ahora eramos tres personas que estarían sin casa una noche.
Por lo tanto, el plan fue que nos quedaríamos en casa de mi homie #1, cuyos padres viven a las afueras de Sheffield; pero tendríamos que acampar para respetar las reglas del distanciamiento social. A mí ya me da pena con ellos porque el año pasado también me ayudaron a mudarme, y esta vez sabíamos que iba a ser más problema con más personas. Ya que empezamos a mover nuestras pertenencias a su casa poco a poco, y para no invadir más su espacio, yo preferí quedarme esa noche en el departamento de mi amigo mexicano #1. Le había contado la situación desde antes, y como todos sus vecinos se habían ido cuando anunciaron la cuarentena, tenía el departamento solo y un cuarto extra. Además, los contratos para los edificios de la universidad duran una semana más, así que tenía más días y por si necesitaba quedarme más tiempo. Como verán, las opciones eran: pasar la noche en una casa de campaña con mis dos homies y llenar la casa de los papás de mi homie #1 con nuestras cajas y maletas, o quedarme en un cuarto con cama y baño propio sin incomodar más a nadie. Según yo fue una elección bastante obvia. Y por problemas que contaré en un momento, terminamos pasando dos noches en nuestros respectivos alojamientos.
Empecé a empacar a principios de junio, principalmente porque no tenía nada mejor que hacer. Primero fueron 4 bolsas llenas de libros, y ni siquiera fueron todos porque tenía la esperanza de leer como 7 libros en el mes. Luego seguí con todos los papeles y notas de clases una vez que oficialmente acabé el semestre. Pero lo primero que se llevaron los papás de mi homie #1 fue una maleta llena completamente de ropa de invierno, vestidos, y todo lo que le pude meter. Así fui la primera en empezar a vaciar la casa para que el mero día no tuvieran que dar tantas vueltas sacando todo.
Como 10 días antes de la mudanza, ya tenía el 75% de mi cuarto empacado, con solo lo necesario para sobrevivir dos semanas, aproximadamente. El 29 de junio oficialmente terminé de empacar y de sacar mis maletas. Solamente dejé lo absolutamente necesario y lo que siempre guardo de último minuto, como algo de ropa, electrónicos y cargadores, ropa de cama y almohadas, y trastes de cocina.
El primer gran problema que tuvimos fue la contratación de servicios como internet, agua, luz, y gas. Los años anteriores habíamos tenido los servicios incluidos en el pago de la renta, así que no habíamos tenido por qué preocuparnos. Pero este año decidimos que ya eramos lo suficientemente responsables para pagar nosotros mismos, además de que ahorraríamos unas cuantas libras al mes. Nos tardamos un poco en sentarnos a investigar qué era lo que necesitábamos hacer, así que cuando por fin firmamos los contratos, resultó que nos activarían el internet hasta el 9 de julio y la luz y el gas hasta el 16. Después de un momento de pánico y de considerar que tendríamos que vivir con velas y lámparas por dos semanas, vimos que solamente tendríamos que pagar extra al proveedor actual, pero que no nos iban a cortar la luz ni el gas.
Y ahora, un resumen de cómo fueron los 3 días que nos tomó estar saltando de un lugar a otro en lo que nos acomodamos en nuestra nueva casa.
30 de junio
Me tomé mi tiempo en la mañana para prepararme, vestirme, arreglarme y desayunar con calma; mientras mis homies empezaron a correr muy ruidosamente desde las 7 de la mañana. Estuvimos sacando maletas, cajas, y limpiando con la esperanza de terminar antes del medio día, pero sabiendo que nadie iba a llegar a sacarnos a patadas de la casa.
Ya que según yo había terminado con todas mis pertenencias, los papás de mi homie me pasaron a dejar al edificio de mi amigo mexicano para instalarme con él, pero en cuanto llegué me di cuenta de que había olvidado la comida que dejé en el congelador (la mitad de mi cena para ese día) y mi súper chamarra de mezclilla con pins y parches, así que tuve que regresar corriendo de subida (unos 20 minutos) para rescatar mis cosas y ayudar a sacar la últimas cajas antes de que mis homies se fueran. Ahora sí, después de mucha pena de que me vieran regresar, me volvieron a dejar en el edificio y por fin me quedé ahí a descansar un poco de la caminata.
Ya que mi amigo no estaba muy platicador, nos encerramos cada quien en su cuarto, y me pasé la tarde viendo videos en YouTube y di otra clase de español aprovechando que tenía conexión a internet. Más tarde fui a preparar mi cena, que ya había preparado nada más para meter en el microondas. Mi amigo llegó a cocinar mientras yo ya estaba comiendo, y nada más comimos en silencio antes de regresar cada quién a su cuarto.
Como estaba toda agitada y el silencio del cuarto me puso nerviosa, le dije a mi amigo que si quería salir a caminar y pues fuimos a dar una vuelta por todo el "student village" de Encliffe, o sea el área donde están la mayoría de edificios de alojamiento para estudiantes. Empezamos por el edificio donde viví el primer año, luego pasamos por la zona principal donde descubrí que hay hasta un lago y dos hoteles. Luego regresamos al departamento y casi me fui directo a dormir.
1 de julio
De nuevo empecé el día muy tranquila, me desperté temprano, me vestí, y desayuné. Aprovechando que tenía internet, pagué la licencia de TV que se tiene que pagar cada año creo, y también actualicé mi blog. Mientras tanto, mi homie #2 tenía la cita para recoger las llaves de la nueva casa a las 11:30, así que esperé a que dieran alguna señal de vida, pero como no tenía señal de teléfono y él no tiene smartphone, no le llegaban mis mensajes y a mí me llegaron los suyos un poco tarde. Esperé hasta después de las 12 para ir a investigar qué estaba pasando en la nueva casa, y nada más vi a mi amigo #1 (quien tenía cara de que acababa de despertar) para decirle que luego regresaba .
Cuando llegué a la nueva casa, mis dos homies y la familia completa de mi homie #1 estaban revisando todo. Bueno, ya habían revisado la mayoría de la casa y nada más quedó mover cajas en el primer piso para hacer espacio para poner más cajas, y en eso nos pasamos todo el día. Para el segundo viaje del día me tocó ir a casa de mi homie por más maletas y de paso su mamá nos hizo un sándwich tostado (que me recordó a los que me hacía mi mamá) y un chocolate caliente.
Mientras esperamos la última vuelta del día de los papás de mi homie con más maletas, porque se supone que no se pueden estacionar en la calle a ciertas horas del día, no sé que estuvieron haciendo mis homies pero yo me entretuve moviendo muebles en mi nuevo cuarto y acomodando mis libros y películas en el librero. Y en lo que seguíamos esperando básicamente le encargué a mi amigo mexicano que ordenara unos taquitos para cenar en lo que llegaba. Convenientemente su departamento me quedaba a menos de 10 minutos caminando, y si él no se hubiera mudado viviríamos casi tan cerca como en el primer año, pero bueno. Cuando por fin terminamos de mover maletas, y como todavía faltaba mucho que hacer y no habíamos arreglado nuestras camas, decidimos que mejor nos quedaríamos fuera una noche más. Caminé de regreso y llegué casi al mismo tiempo que los tacos, así que llegué directo a cenar. Esa noche otra vez nos encerramos cada quien en su cuarto porque mi amigo tenía planes, y yo me quedé leyendo la Guía de Supervivencia contra Zombies de Max Brooks y viendo Warm Bodies, porque estaba en el mood para zombies.
2 de julio
Otra mañana que me pasé bien a gusto descansando de cargar cajas y maletas, con los brazos un poco adoloridos. Hasta las 2 de la tarde me avisaron que saliera con mis maletas, y ahora ya me gustó que me estén llevando en carro a todos lados. Mis homies entraron al departamento de mi amigo para ayudarme con la maleta y las bolsas que llevaba, y nada más me despedí de mi amigo #1.
Este día desempacamos lo necesario para poder instalarnos. Más tarde fui a la tienda con mi homie #2 para llenar el refrigerador y tener qué comer. Una de las mayores ventajas de la nueva casa es que está casi cruzando la calle de las tiendas. Pero este día preferimos aprovechar un descuento de UberEats para pedir comida china y no tener que cocinar. En la tarde estuve ordenando mis maletas (que subí a mi cuarto sin ayuda) y acomodando mi cama.
Finalmente para relajarnos un poco y retomar nuestras rutinas, vimos la película Hook, que creo que nunca había visto completa. Ahora tengo ganas de ver todas las películas relacionadas con Peter Pan.
Al final me tomó dos días desempacar y otros dos decorar mi cuarto, nada más porque no me quería apurar demasiado. Hasta la fecha, ya casi un mes después, mi homie #1 no ha terminado de desempacar y al parecer no tiene planes de hacerlo. Los primeros días estuvimos arregándonoslas con el tema del internet conectándonos donde podíamos, incluyendo el internet del Costa que está cruzando la calle, el internet de la universidad que llega hasta el parque, en la casa de mi homie, etc. Tampoco servía el agua caliente y nos tuvimos que dar baños de menos de 5 minutos para no morir congelados, pero ahora ya está funcionando un poco mejor. También nos peleamos al principio porque cuando quise estrenar el horno mi homie #2 lo estaba limpiando y no me dejó usarlo, y luego cuando vi él ya había puesto su comida. Y finalmente discutimos por cómo acomodar los muebles de la sala y de la cocina.
En fin, todavía queda mucho que organizar y que arreglar, pero tenemos todavía otros 11 meses y por lo menos ya nos sentimos en casa. Ya no he leído tanto estos últimos días así que tengo que pensar si voy a seguir escribiendo reseñas o qué más puedo hacer. Pero bueno, a disfrutar un poco el verano, si es que el sol vuelve a salir. ¡Hasta pronto!